Saul Leiter Taxi 1957

Saul Letier era conocido por usar una cámara de rollo, la Leica M4. Usaba un lente teleobjetivo, ya que todas sus fotos parecen ser fotos detalles de la ciudad de Nueva York, cortando mucho la realidad y jugando con la superposición de planos, capas, letras y formas, dando lugar a un encuadre que impacta. A Letier le interesaban las cosas por su color, y no por lo que realmente eran. Usa los colores de una forma muy selectiva, haciendo uso frecuente de escalas cromáticas tonales y de los colores complementarios. Uno al saber que esta imagen fue tomada por Saul Leiter instantáneamente encuentra estos aspectos o técnicas que siempre utilizaba en sus fotografías: lente teleobjetivo, amplio espacio negativo, Nueva York. Sus imágenes rompían con todas las reglas de la Street Photography, ya que ponía el foco de sus imágenes en situaciones únicas para sus ojos y comunes para el resto. Contaba una historia diferente y creaba misterio al reinterpretar la vida real.

Esta foto fue sacada con una cámara analógica, con un lente teleobjetivo. La distancia puede ser de unos 135mm ya que la toma es muy cerrada, al ser una Street photography la velocidad debe ser de unos 1/125 s y por el brillo que se puede ver la apertura debe estar entre f/2 – f/4. La iluminación de esta imagen es natural, ya que fue tomada durante el día en las calles de Nueva York y, por este motivo, sospecho que la única fuente de iluminación era el sol. La imagen tiene mucho espacio negativo en la parte inferior, pero sirve para enmarcar todavía más la escena del taxi, la cual tiene un segundo recuadro, la ventana. 

En la foto vemos una mano, dos siluetas negras viajando en un taxi amarillo y rojo y una zona desenfocada en la mitad inferior del encuadre, supuestamente insignificante. Lo que expresaba esa parte vacía era –me parece- mucho más, quizá porque también la realidad incluye zonas aparentemente no importantes, que además pueden servir para enmarcar imágenes y destacar apariciones más intensas, tal como ocurre en la memoria.

Las imágenes de este fotógrafo, especialmente aquellas fotos a color, parecen una pintura. Esto se debe a su pasado como pintor y la influencia que tuvieron muchos pintores en sus trabajos. En mi opinión el trabajo de Letier termino siendo una especie de retrato a la ciudad en la que vivía, una carta de amor a Nueva York entre los años 50 y 70; retrataba lo que otros ignoraban de la ciudad y buscaba la belleza en lo insignificante.